Tengo que reconocer que me costó trabajo hacer al pie de la letra esta receta vegana porque pedía a gritos un poco de queso: el calabacín, el maíz, hasta el tomate decían ¡¡¡¡QUESOOOOOOOOOOOOOOO!!!!. Pero yo intenté tener fe en Robin Robertson, que no escribió Vegan Planet para nada.
Necesitamos:
4 calabacines negros pequeños.
400 gramos de tomate triturado, o passata.
1 taza de maíz fresco, cocido o congelado; dos latas pequeñas o una mediana.
medio pimiento rojo fresco, o uno de lata.
una cebolla.
ajo al gusto.
3 cucharadas de eneldo, a ser posible fresco.
Este plato parece que queda mejor y sale más rico con calabacines pequeños, aunque sean más difíciles de vaciar. Se cortan a lo largo, se vacían dejando una pared lo suficientemente gruesa con cuidado de no romperlos, y se cuecen en agua salada unos 5 minutos. Se escurren del agua y se dejan enfriar.
Mientras tanto, lo que les hemos vaciado se sofríe con todas las verduras; hacemos un sofrito con la cebolla y el calabacín, cocinamos unos 10 min, añadimos las demás y le damos otros 10 min.
En teoría, los rellenos funcionan mejor en frío, así que si tenemos tiempo lo dejamos enfriar. Rellenamos los calabacines puestos en una fuente de horno, le damos media hora de horno a 180º, y servimos con el eneldo picado por encima.
Que no. Que estaba bueno, pero esto pedía queso.
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