Reconozco que esto no es ni chicha ni limoná, que para ser gazpacho necesita un chorro de agua y para salmorejo auténtico necesita el doble de pan y cinco veces más aceite. Pero yo lo hago así, qué pasa.
Para dos tazones grandes o cuatro vasos:
Dos buenos tomates maduros.
Un pimiento verde.
Un diente de ajo, quizá dos.
Un trozo del tamaño de un puño de pan del día antes. Puede aumentarse esta cantidad hasta el triple.
una cucharadita de sal.
Aceite: entre un chorrito y medio vaso de los de agua.
Vinagre: entre unas gotas y un chorro generoso. Como para aliñar una ensalada.
Poner el pan en remojo en un tazón. Ponte a hacer otra cosa mientras empapa. Sácalo del agua y estrújalo un poco hasta que tenga más o menos el tamaño original.
Batir en batidora o termomix todos los ingredientes menos el tomate, el aceite y el vinagre. Empieza despacio y acaba con una velocidad fuerte. El resultado tiene que ser una asquerosa pasta grisácea.
Añadir el aceite y batir a velocidad media. Añadir el tomate, con piel y semillas, un poco troceado y batir a velocidad primero suave y luego rápida hasta que esté todo muy majadito. Si no soportas los pellejillos, pásalo por el pasapurés. Yo no lo hago. Por último, añade el chorrillo de vinagre.
Puede acompañarse de pepino, jamón, huevo duro, o picatostes de pan frito.
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